viernes, 17 de julio de 2020
A ROSALIA ZARÉ- Julia De la Rúa
JALALUDDIIN RUMI sonó en mis oídos INTERIORES, ENTONCES RECORDÉ …
Seguiste tu bella historia, solo abrí los ojos y escuché
Tantos años que mantengo esa unión con el gran poeta, el místico, El Amigo
El me enseño a comprender la naturaleza humana, al menos a
intentarlo.
De ahí tal vez nace mi rebeldía
“El veneno de la
serpiente es bueno para ella, le salva la vida y malo para el que lo recibe”
Dice: El Masnavi
Alguien me hizo un hermoso regalo
EL MASNAVI
Tu ahora me regalas el recuerdo
Y me dices: Te quiero
desde antes de conocerte
Lo sé! Te dije
Y ahora debo hacerte un poema
ROSALIA ZARÉ… suena místico
¿Vendrás Algún día a pisar mis alfombras de Hamadan?
O los kilim turcos que descansan en LA BELLA ARAÑA
O las pequeñas
alfombras centenarias tunecinas, que compre en la isla D´JERBA
junto a mi amor ZOOU.
junto a mi amor ZOOU.
Por qué llegas cual
burbuja desde ese país colorido que amo
tanto
Mi México, que no me juzga o si lo hace recuerda que lo amo y
permanece en mí la deriva errante… nómada
Qué nace en tu inmenso cielo que me persigue cual amigo guardián,
de mis amigos
Los Elegidos.
“La distancia y la proximidad son atributos de los cuerpos
Los viajes de los espíritus son de otra naturaleza".
Dice parte del EL
Masnavi
Tú y el poema yo y los versos
Allí LA CAPADOCIA
TÚ la templanza yo la paciencia
Allí KONIA,
TÚ la mochila….yo la danza
Allí los derviches… Turquía
Y la voz de RUMI QUE NOS DICE….
“ven, ven de nuevo, aunque has roto tu promesa 1000 veces, ven, nuestro hogar no es un lugar desesperado, ven..”
Julio 2020.
J. De la Rúa
sábado, 11 de julio de 2020
- LA MORDAZA - Julia De la Rúa
LA MORDAZA
PANDEMIA. ESPAÑA. 2020
La mordaza
Soporto la mordaza con apasionado
estupor
Cobijada en la penumbra de un
mundo absurdo que ha matado la vida
Para no morir….
Y sin embargo se muere por desidia.
Cruel sentencia. Se mata a las
almas sabias.
Que absurdo y estúpido placer del
humano contradecir de continuo, lo que es noble
Protejo mi boca con un trocito de tela traído de un país nipón.
Me asfixia de continuo.
Deambulo por calles solitarias,
en las que predominan las señales de
tráfico dibujadas en el asfalto y mis
pies son los únicos que no tienen miedo
de caminarlas.
Los árboles del paseo han dejado caer
sus flores amarillas. Nadie
acompaña mi paseo prohibido y explotan
bajo mis pies difundiendo un exquisito
olor…El señor barrendero no tiene orden de barrerlas, así que ya no huelo a gasolina
Hombres borrachos, todos
extranjeros, se sientan en las puertas
de los bazares pidiendo un favor. Me dan un euro para cómpralos vino, ya que no
les dejan pasar. Después me dan las gracias y se tocan las sienes.
¡Gracias por dejarnos soñar!
Una adolescente también extranjera
está sentada en cuclillas en el bordillo de la acera. Hablamos
en ingles y me pide comida. 7€ son
suficientes para verla hurgar en la bolsa de plástico. Perpleja ve pan, fiambres y zumo de piña. Bebe con recato.
Ya no la veo días después. Me pregunto
dónde estará su madre.
Ahora en la soledad de mi
habitación roja, noto fluir la sangre de
mis venas. Hace tiempo que las escucho. Apenas entiendo a las personas que
pocas veces me hablan…sus labios se
mueven en silencio, pero el líquido que
corre por mis arterias sutilmente, si me habla con desparpajo y sin miedo.
¿Será el coronavirus intentando serenarme?
De repente recuerdo mi adolescencia
y el primer beso recibido, en el puente romano de mi ciudad, Salamanca.
Magia. Se eriza mi piel; una y otra vez dejo que me invada ese recuerdo hermoso que me
hace sentir un orgasmo placentero… también mi sonrisa de niña
junto a mi primer chico. ¿Por qué son tan bellos los recuerdos y tan triste el tiempo que vivimos?
Todo son prohibiciones. Hasta sonreír a carcajadas es prohibido. La
muerte acecha. Estos días he visto multitud de moscardones merodeando a mí
alrededor. Alguien me dijo hace tiempo que presagiaba muerte.
Suena un mensaje de teléfono,
alguien me escribe. Una diminuta fotografía de ojos rasgados me mira. Me
separan 8.300 km de una carcajada humana. Sin embargo la escucho. Él y yo reímos
alto siempre que nos hablamos escribiendo, tanto, que nos escuchamos sin oídos. Incluso en
sueños él me escucha. En un sueño vio cómo salía de uno de mis cuadros….me lo
cuenta rápido y yo me cobijo en su
historia. Se convertirá en otro recuerdo. Soy feliz
Reír, sonreír, alienta a brincar…. Te hace saltar cual pértiga para sobrepasar la
altura del miedo. No importa la
distancia kilométrica. Ahora ya es un bellísimo recuerdo.
5 ,29 de la madrugada
Julio – 9- 2020. La habitación
roja
J. De la Rúa
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