Ante mi necesidad de SABER
me dices...
¡ Soy un hombre!
Sí... ya sé que eres un hombre...
pero no sé por qué yo me empeño
en verte sólo, como un ser humano.
Has recorrido los tiempos
imponiéndote
una dura carga. Ser: valiente, duro, aguerrido...
y a la vez, evitando las
lagrimas...
Si... ya sé que eres un hombre...
Pero también sé que sientes la ternura...
que te gustaría acariciar mi pelo...
cuando él rebelde se enreda en mis pestañas...
¿ Sabes? no es difícil sentir tu frustración...
Basta mirarte a los ojos...
Sin embargo finges...
Si... ya sé que eres un hombre...
Me enseñaron. Me dices...
Te enseñaron a no valórame, a
rechazar mi sensibilidad, a no creer en mi palabra...
¡Por eso me mandas callar!
Pero también sé que me admiras, que sientes palpitar tu ser al
escuchar mi voz...
Que darías cualquier cosa por sentir dentro de ti al ser que
engendraste; tener mi panza voluminosa, los vómitos en la mañana... parir...
¡ Sin embargo finges!
llamándome: gorda.
Si... ya sé que eres un
hombre...
Y me ocultas tu miedo a las
noches oscuras...
El asco que te inspira una cucaracha,
cuando yo miedosa te
ordeno matarla...
Que correrías ante un ratón...
Que tienes vértigo a las alturas...
Que aborreces los celos...
y té cansas de los
fingimientos femeninos...
Sé que te encanta coser...
Y que eres un gran cocinero.
Soñador... sensible... dulce y afectivo...
Lo reconozco.
Pero también reconozco que lo tienes difícil.
La mujer... también es
dura y aguerrida
y de repente para ti: un ser
desconocido...
Si... ya sé que eres un hombre.
Pero yo mi hombre... te amo...
@ juliadelarua.
www.juliadelarua.com De: Los finales y los sueños