ENTREVISTA A RICARDO FELIX
RODRIGUEZ
Por Dra. Raquel Tesone
¿Por qué
elegiste ser escritor?
Desde la infancia tuve mucha imaginación, leía
todo tipo de comics y algunos cuentos de los hermanos Grimm o Christian
Andersen. Nací en un pueblo muy chico al norte de México, Caborca, ahí recuerdo
que escuchábamos beisbol por la radio en la época de los ochentas, era y sigue
siendo un pueblo beisbolero que seguía los juegos de Fernando Valenzuela, el
pitcher de los Dodgers de Los Ángeles, ese tipo de experiencias pienso que te
va nutriendo de imágenes. Recuerdo haber escrito algunos versos para jugar con
las palabras pero no lo tomaba muy en serio, me sentía más cómodo con el dibujo,
escuchaba las clases de los profesores mientras dibujaba algo en el cuaderno.
En la preparatoria la música me fue acercando a la poesía, comencé a leer algunos
clásicos y a escribir otro poco. Ya en la universidad, mientras estudiaba
psicología, se me comenzó a soltar la pluma, los mismos ensayos que nos pedían
los profesores iban generando ideas que cabían más en la ficción que en la
academia. Escribí para alguna revista escolar y a desarrollar algunas historias
que podían dar pie a algún guión de cine. El cine fue otra pieza importante
para mí, hasta hoy escribo guiado por imágenes o diálogos que van armando un
rompecabezas, nunca sabes el resultado final pero el objetivo es el mismo:
contar una historia.
¿Cuál fue
tu fuente de inspiración de tu libro “The Surreal Adventures of Dr, Mingus”?
Es difícil contestar esa pregunta porque no
todo el tiempo puedes estar inspirado cuando escribes, por lo menos yo no. Pero
si puedo hablar de las influencias que fueron dando forma al libro, por ejemplo
en la música Charles Mingus o The angry man of jazz es una figura que retomé para
crear el personaje del terapeuta. El jazzista Mingus nació en Nogales Arizona,
de origen sueco, afro, chino, británico, mi personaje estaba pensado para ser
universal. También un psicoanalista de mi universidad parecido a Carl Whitaker
ayudó a construir el personaje, sus técnicas poco convencionales nos ayudaron a
abrir un poco la mente, esa fusión dio lugar a “la caricatura” de Mingus, quien
está presente en todas las historias. También hay algo de Charles Chaplin en el
personaje, por su lenguaje corporal más que nada. En literatura me he inclinado
más a lo “europeo” que a lo “latinoamericano”, no sabría decir porque solo que
esa tendencia se proyecta en mis textos. De pronto escribes queriendo ser
Shakespeare o Dostoyevski o Kafka o hasta el mismo Freud. El teatro está muy
presente en varias de las historias, temas como el de Edipo, el método
Stanislavski o el mismo Hamlet protagonizan algunos de los cuentos. Sin dejar
de mencionar el carácter dialógico de la narrativa, que entiendo es “un ritual”
latinoamericano.
Además de
ser psicólogo, tenés una maestria en ciencias sociales, me interpela el
entrecruzamiento de la ficción con realidad en tu literatura. ¿Será tu manera
de cuestionar algo de lo establecido socialmente?
Creo que si aunque me ocurrió de una manera
poco consciente, antes mis textos eran por decirlo de una manera, de carácter
introspectivo. Después de una maestría donde la antropología, la sociología o
la teoría política eran algunas de las áreas a explorar, me fui dando cuenta
que eso se proyectaba en mis textos. Narraciones como “Le roi est mort” donde
unas piezas de ajedrez discuten acerca de la organización social y la anatomía
del poder es un reflejo de eso. También hay otro cuento que se llama “Necesitas
volverte loco” que aborda el tema de las dictaduras en África y en particular
de Angola, cuyo régimen del MPLA gobierna desde 1979.
Siguiendo
tu trayectoria, me pregunto, ¿qué relación podrías hacer entre la psicología,
el teatro y la literatura?
Para mí son tres grandes universos de los que
me cuesta trabajo desprenderme. En este nuevo libro por ejemplo están los
cuentos de “La culpa es de Stanislavski” o “Hamlet en el exilio” o “Los ojos de
tu madre”. En el primero un actor que interpreta a Jesucristo utiliza el método
de Stanislavski para construir su personaje. En el proceso se va involucrando
de lleno con la personalidad mesiánica hasta desconectarse de la realidad y
asumirse como el hijo de dios. En el cuento de Hamlet se pretende contar la
historia del príncipe en el exilio y abordar su relación con la locura, un
terapeuta lo atiende a la vez que Fortinbras o una extensión de la realidad lo
invade. En el caso del cuento de Edipo, se juega una vez más con los procesos
actorales, de cómo el teatro va más allá de la ficción. Un actor se prepara
para interpretar Edipo y en su obsesión por dar realismo al montaje se
involucra en una serie de situaciones “absurdas” que rayan en la comedia.
¿Por qué
te gusta escribir en lenguas extranjeras además de las lenguas nativas?
Siempre me han gustado los idiomas, creo que es divertido aprender nuevas
palabras y maneras de expresar ideas. Es como cuando el músico encuentra un
nuevo instrumento, trata de interpretar su melodía consciente de que tal vez no
lo va dominar al cien por ciento, pero que le va ayudar a expresarse de otras
formas. Así me pasa a mí, aprendo un nuevo instrumento y trato de utilizarlo en
la medida de mis posibilidades, obvio que ocupo una corrección de estilo más cuidadosa
que con el español o inglés. Acá en el norte es común hablar inglés por la
cercanía con la frontera. Lo hablas mucho o poco pero lo hablas. Luego si vives
en un estado (Sonora) donde se lee poco o lo poco que se lee es Paulo Coelho o
JK Rowling pues simplemente vas apuntando en otras direcciones. Es decir,
necesitas aprender otros idiomas si quieres hacer de la escritura tu principal
ocupación.