LOS DADOS
Autor: José Sánchez Tortosa
La cualidad más evidente de "Los Dados", reside en su
estructura fragmentada. Como el mismo autor desvela en el prefacio, su obra no
sigue una estructura al uso. No existe una cronología basada en el espacio y el
tiempo. En su lugar, unas bisagras ("bisagras
temáticas", podríamos llamarlas) proporcionan los giros argumentales
necesarios para que el lector construya la novela en su cabeza.
Ésta es sin duda la mayor virtud del trabajo de Sánchez Tortosa:
el hecho de que tratándose de la misma novela, "Los Dados" nunca va
ser la misma novela para una persona
que para otra; ya que, por fuerza, ha de existir un inevitable esfuerzo por parte
del lector con tal de rellenar ciertos huecos argumentales. La dificultad de
escribir de tal manera es como caminar en la cuerda floja, pero en este caso,
funciona.
Los personajes (con sus contradicciones, sus buenas cualidades,
sus malas cualidades, sus deseos...) nunca son juzgados por el autor. Más bien
éste nos lleva dentro de la cabeza de cada personaje, obligándonos a entender
(o al menos a intentar entender, en última instancia incluso a compadecer)
ciertas actitudes o puntos de vista con los que a lo mejor no estamos de
acuerdo. El cuadro final se compone de un grupo de personajes relacionados
entre sí (y cuyas relaciones vamos descubriendo a medida que avanza la obra)
que intentan sobrevivir como mejor pueden buscando un sentido en un mundo que
parece despojado del mismo, y de toda esperanza.
Siendo así, resulta muy interesante el cinismo (¿puede que incluso
autocrítica?, ya que "Los Dados" es el título de la novela que
escribe uno de los personajes principales, siguiendo el juego de matrioskas que se extiende hasta la
realidad) con que se tratan ciertas situaciones y que parece ser el arma
utilizada para reconciliarse con una realidad hostil.
Con todo, estamos hablando de una obra valiente y arriesgada en
los tiempos que corren. Es de agradecer que, en lugar de presentar una lista de
descripciones y situaciones que reduzca al lector a un ser que simplemente
"traga" lo que le están contando, éste tenga que adoptar por fuerza
un papel activo que le permita entender o intentar entender lo que está ocurriendo.
Lo curioso de todo esto es que, una vez leída la obra, resulta complejo verbalizar
"de qué trata la historia". Resulta fascinante que el argumento tenga
sentido en la medida en que seamos nosotros los que conectemos los datos que
Sánchez Tortosa nos aporta, de la misma manera que sus personajes parecen
querer atrapar la realidad y definirla en una batalla perdida de antemano. Y
sin embargo, en "Los Dados", la gran mayoría de elementos parecen
estar en el lugar que le corresponde. Esto demuestra una habilidad poco común
por parte del autor para construir una experiencia satisfactoria de cara al
lector, que de otra manera se hubiera encontrado con una especie de ovillo
enredado y demasiado autocomplaciente en su caos.