In memoriam a Xolo Xochitl
El 30 de Diciembre del 2009 Recibí
un mensaje vía internet de Benjamín López Guerrero. Me inquietó por su contenido y más porque venía de una persona a la que no conocía.
El mensaje hablaba de los duros
momentos por los que estaba pasando debido a que no podía cumplir la promesa hecha
a una niña indígena llamada Xolo Xochitl y que había fallecido
a consecuencia de ser infectada del virus
del sida por negligencia médica
en un hospital estatal de México. Todo el mensaje parecía algo tan
surrealista que tuve que leerlo varias veces
pensando que podía ser una broma de alguien que quería llamar mi atención de una manera poco común, hasta que pasada mi conmoción me puse a
leer un archivo adjunto, una novela
titulada: El cazador de flores.
Cómo Teseo tirando del hilo para encontrar en el laberinto
entramado a su Elena, en mi caso la necesidad
fue la de encontrar la respuesta
a la pregunta que le había hecho a Benjamín,
la niña indígena: ¿qué es el amor?
Al leer y profundizar en la
historia era como ir deshaciendo la urdimbre
con la que la vida había
tejido una gran tela y
donde los personajes de la historia me iban
mostrando al tirar de sus hilos, un camino enigmático, vital, eróticamente
puro, que me cautivó y que me hacían
caminar hacia su mismo destino asida de
la mano de una Causalidad… sin duda una
causa hábilmente tejida para llegar
hasta mi. Lo que fui descubriendo me dejaba sumida en el más absoluto de los
silencios a los que te someten las
pruebas que hay que pasar y jamás
renunciar. No hubo preguntas, ni por lo tanto dudas y me vi contestando a Benjamín para interesarme por su obra
Un año después estoy escribiendo estas palabras que aparecerán en
una gran obra literaria a la que me
siento unida por afinidad y compromiso pero No me atrevo a hablar de El cazador
de flores, de lo que descubrí, habite, y también de la muerte positiva a la que
me sometió, porque siento que la historia les
pertenece con absoluta idiosincrasia y hegemonía a su autor
y a Xolo Xochitl, ya después de haberse
cumplido la promesa, y por lo tanto, solo ellos, tienen el derecho a hablarnos a cada cual
como queramos admitirles, yo sólo fui su cómplice para que esa promesa pudiese seguir el camino que había establecido
el destino y cuando no es posible como
en el caso de Benjamín por las formas
impuestas por los medios obsoletos de conducta mercantil de editoriales
totalitarias, actúa La Causalidad o
Consciencia, en este caso, creo sin
dudarlo, de Xolo Xochitl que tiró de su hilo plateado para encontrar su ente terrenal, y allí
estaba yo en un final de año envuelta en
un entramado, pero necesario enigma.
Sí me gustaría, aportar mi experiencia
femenina en búsqueda del amor -o al menos de tratar de saber o encontrar o
recibir ese don que nos hace sentir vivos
y existencialmente útiles- en una obra, donde la feminidad es descrita tan bellamente por un hombre.
Mi condición de mujer escritora y también empresaria desde hace muchos años me
ha llevado a habitar desde casi adolescente el insólito universo para muchos, de
la mujer liberada de las sociedad arcaica y machista; en mi
caso mi liberación vino asociada a la necesidad de
sobrevivir en soledad en una sociedad que me había enseñado a respetar al hombre por
encima de su mediocridad o agresividad. La debilidad femenina era tan patente
en mis primeros años, que deambule
durante mucho tiempo atada al concepto
social muy marcado por los machismos no solo masculino, si no también femeninos
y de los estados políticos y sociales
que marcan las reglas. Una inesperada separación matrimonial me hizo tomar rumbos hacia el liderazgo del
hombre por lo que pude comprobar cómo su mundo estaba tan desprotegido de conexiones
reales como el de las mujeres. Así no tuve más remedio que hacerme a mi
misma la pregunta que hizo Xolo Xochitl
a Benjamín
¿Qué es el amor? ¿Dónde está?
¿Qué representa en realidad? ¿Por qué es tan difícil encontrarlo?
Gracias a los aprendido en
mi vida llena de dificultades pero
absolutamente plena, se qué el amor
está a cada paso que damos, en
cada acción que realizamos desde la necesidad de crear algo constructivo,
aunque sea una sola sonrisa a otra persona, responsabilidad en el trabajo, en la forma de
ser en la vida cotidiana, de alentar a los
demás a seguir por los parámetros de la belleza y la acción solidaria...así el
amor está en cada instante presente y
futuro… por eso creo necesario que entre
hombres y mujeres debe darse esa acción vital de la aceptación absoluta a los
sexos primigenios de esencias distintas, tan necesarias para la creación, y de saber aceptarlas; descubrir mundos bellos que se complementen sin pudor en todos los
campos mentales y metafísicos… ya sea en
el goce de compartir nuestros cuerpos, la comunicación verbal, el compartir
cotidiano del trabajo el hogar o la sociedad común, inherente a todos.
Xolo Xochitl desde su inocencia y pureza de niña, no sólo
obligó a Benjamín, si no a todos los
lectores, a reflexionar sobre nuestras
vidas. Nos bambolea como si fuésemos simples moléculas a merced de sus exiguas
fuerzas de niña enferma, para darnos con el mazo gigantesco de la pregunta sin frontera
¿Qué es el amor? Me imagino a Benjamín
en la basílica de Guadalupe en México donde fue preguntado… entre ese paroxismo
social y compulso que siempre la llena de gentes de todos los lugares, gentes
ancestrales con sus vestido indígenas, mercenarios del pecado arrastrándose de
rodillas para hacer penitencia, vendedores
de sueños en formas de dulce y objetos fetiches que generan un poco de dinero
para seguir subsistiendo, olores mil... Inmensidad y grandiosidad escénica, y
una pequeña niña con su vestido de
flores bordado por las manos indígenas de los Otomís, niña sutil y delicada y
su pregunta a un joven entre miles que no pensaba ser destino de una Causa, la de hacer saber a todos que la mujer es un humano entendible,
sencillo, asequible y no un objeto de
deseo del hombre donde descargar los miedos y tabúes enseñados por las
sociedades obsoletas de los tiempos pasados.
Mi mente se distiende al máximo
tratando de visualizar esa escena
y aun tiene que abrirse más para tratar de entender
que yo en otro lado del planeta estaba
cual diminuta flor silvestre esperando el mensaje, la clave y la llave de abrir al mundo la puerta de la sabiduría innata, de la mente
natural, de Xolo Xochitl y
Benjamín López Guerrero. Aquel día en
que la Causalidad me llevó ellos, sólo
fui una pequeña flor silvestre, – como me llama Benjamín- a su merced, aunque me manejó
con sutileza, con la grandeza de los seres humanos que ven a la mujer como
igual a los hombres, con respeto, admiración y afecto y también debo de decir
que me ofreció su bellísimo país México,
su vida esencialmente bella a pesar de
la dureza en la que se mueve... Me ofreció naturaleza, lucha, pasión por saber y
dar y entrega también a mi orden de hacer posible editar su
libro…. y sin fidelidad a mi persona
como mujer amiga, nunca hubiera sido posible para ambos que Cazador de flores se marchase por el mundo a hacer la pregunta exigida
por Xolo Xochitl
¿Qué es el amor?
Estamos en un momento vital en la
historia de la humanidad. Aunque la humanidad haya pasado por tantos siglos de
existencia, las mujeres tenemos la obligación
de aprender del pasado. Ya no hay
necesidad de mentirnos y seguir con las
mediocres conductas humanas. Para que el mundo cambie, nuestro entorno lo haga,
es necesario escapar raudos de las fauces e imposiciones de los poderosos y corruptos
mercaderes a los que sólo les interesa las
diferencias entre sexos … Hay que mostrar , cuidar y mimar nuestra esencia… dando
nuestra realidad a través de la inocencia de la pureza y el
deber de ofrecernos al hombre sin debilidad, sin parámetros de
servilismo, si no como compañeras inteligentes y libres, mujeres formadas en
los valores propios a cualquier ser humano... Debemos educar a nuestros hijos varones y hembras en la igualdad, y ofrecernos
para enseñarles que es posible olvidar los pasados negativos y hacer que el mundo vaya retomando la forma y
la conducta de la naturaleza animal donde el respeto y la comunicación se erige
con la hegemonía de los placeres de la vida, para abolir toda esa negritud, oscurantismo
y dolor que nos rodea.
Benjamín López Guerreo nos da la
oportunidad de introducirnos con él en su viaje tanto emocional como literario.
Doy las gracias a los dioses aztecas por utilizarme como talismán o florecilla
silvestre para colaborar en construir
su sueño y hacer posible su promesa. Como persona coronada en mi -ego espiritual, como a las mujeres mayas por la madre Ix-chel , te prometo Xolo Xochitl, caminar en la fe de que el futuro de igualdad
está ya haciéndose en la historia. Me consta que
Benjamín nos ayuda en su novela a entendernos
y valorarnos y por lo tanto tiene un gran futuro como humano y como escritor que nos irá deleitando con su forma natural y sabia de
escribir, alentado también a los hombres y mujeres a caminar por este mundo de la literatura y la
lectura, que hoy realizas tú, lector, un
universo necesario para la esperanza.
30 de diciembre
2010