domingo, 25 de diciembre de 2022

BIOFORMA- LOS ENIGMAS DE LAS SOMBRAS- JULIA DE LA RÚA


  

¿Por qué esta incógnita…? No hay nada, sino vacío de palabras. ¿Existo? ¿Existe Missa? ¿Mischia? ¿Missia? ¿Existe una realidad a la que no soy capaz de acceder? ¿O simplemente mi ser es manejado como si fuera una simple pavesa?

JULIA DE LA RÚA

2022 

 

 

 

                               

 

BIOFORMAS- LOS ENIGMAS Y LAS SOMBRAS DE LA INOCENCIA.


 A las Libertades:

 

Tal vez la libertad sólo habite nuestro interior más primitivo, encarcelada por los demás o por nosotros mismos.

O… no exista, y sólo sea una invención necesaria de nuestro espíritu atormentado.

                                                                              

 

 




En mis sueños, recorro una calle de tu país

 

Paseo entre árboles plantados indiscriminadamente como si alguien hubiese querido que no diese el sol en ningún lugar del asfalto. ¿Dónde está la gente? ¿Por qué la calle está tan vacía? ¿Qué hago aquí, en tu lejana ciudad?

En el sueño –más bien creo que es un viaje astral– me acompaña una mano amiga que me sumerge en tu ciudad y me hace ver y sentir la soledad de tu pueblo.

 ¿Por qué y para qué he recorrido este espacio en el tiempo, en el espacio?

  Yo, viajera incansable por los parajes de los sueños, me dejo llevar por ese ser desconocido que me dirige hasta tus orígenes.

 Alta, desgarbada... una figura humana me sonríe con la mirada pues su boca permanece seria, fría... no dice palabras, y  tiene en su quietud esa actitud de la sorpresa ante mi presencia.

Su pelo está recogido detrás de la nuca, con un gran pasador de concha y piedras que brillan y resaltan el blanco de su pelo. La piel es cetrina y llena de arrugas solamente alrededor de sus ojos, tal vez  por querer siempre entornarlos con la intención de  no ver la crudeza de la vida.

En su mano, una piedra roja que destella cuando levanta un dedo para sellar tu boca y provocar tu silencio. Quiere que no hables, pues pretendes impedir con tus palabras que yo siga descubriendo tu antiguo


                                                                                                                                  

Hoy, en uno de esos tiempos en los que vivimos los sueños, me preguntas...:

 

–¿Por qué lucen las estrellas... y de dónde sacan tanto brillo? ¿Y por qué se reflejan en tus ojos, amor, que brillan igual que ellas?

Y yo te contesto sorprendida por tu pregunta:

–¿No lo sabes? ¿No te has dado cuenta que muy pocos seres humanos miran al firmamento? 

–¿Para qué molestarse en mirar tan lejos?, dirán. ¿Qué sacaremos de esas estrellas tan lejanas en distancia y lejanas en deseos?

Pienso, amor, que sólo esos hombres y mujeres sensibles, sentimentales y buscadores de incógnitas, sin deseos materiales  pero sí con deseos de saber algo más, son capaces de percibir el brillo y la luz de las estrellas. Es más: sé que sólo esos seres dan vida a las estrellas. Viven en ellas y recrean su mirar y su espíritu en su luz, en su verdad. De igual forma sólo se puede percibir la luz en los ojos de la persona amada. Sin sensibilidad y generosidad de corazón no se puede recrear ningún ser humano en los ojos de otros seres. 





Los enigmas y las sombras de la  Inocencia 



 BIOFORMAS -  

JULIA DE LA RÚA

2022 www.aranyaeditorial.com

viernes, 16 de diciembre de 2022

 


Turbación I

 

 

Amanecer. Día. Luz.

Aquí estoy aburrida, sedienta de vida.

 

Llorosos mis ojos, no de lágrimas  que corran libres

A través de los caminos insondables del rostro...

Si no que se acurrucan en la cuenca de mis ojos

Formando lagos sin fondo.

 

Quisiera atrapar una brizna de ¿amor?

Mas sólo un gran suspiro me llena

         ¡Espero!

Quizá sea este mi error

No ceder ante la libertad

Esa libertad

Que me obliga

A Ser




 

Si pudiera... I

 

¡Si pudiera!

Sometería al instante en el que vivo plenamente,

A la larga permanencia de una vida.

Pero estos instantes en los que vivo plenamente

Son arrebatados por los siguientes,

Que envidiosos de ellos, los destruyen

Para así nacer ellos mismos.

¡Más si pudiera...!

Dejaría vivir aquellos y estos instantes

Para que yo envidiosa

Pudiera vivir plenamente por Siempre.

 

 jJULIA DE LA RUA

EL BOSQUE DE LA DUDA.

 

 

martes, 13 de diciembre de 2022

BIOFORMAS - JULIA DE LA RUA





Bio-formas 


Donde el azar, predomina en la expresión, que se mezcla con la pigmentación tenue de la armonía áurea de los colores que ocupan el espacio sobre la superficie,  LAS manos determinan en el papel, pero que no controlan la manifestación primitiva del fenómeno del color, en la pigmentación de la naturaleza caprichosa de la acuarela, en el arte abstracto.






Ya no es posible dejar escondido un poema

En la escombrera de la vida

No!

Ya no es posible escupir el hastío que provoca no amar

No decir te amo

No balbucear a oscuras te-a-mo

Y no es posible escapar de esta tarde encandilada de una historia

Amor…escritura…literatura…tal vez solo esperanza

Ya

Ya no posible ni esperar que llegues junto a tu abandono

Del pasado

al miedo solitario

Tu olor a alcohol y desidia

Tus preguntas a ti mismo

Sin consultarme

Ya sé que esta tarde en la que leo

Esa aventura indescriptible de leer una carta de amor

de otros

De lo que se denuncia

Critican y blasfeman de lo que ocultaron.

Cierro los ojos pausadamente

Y siento ese babear mi alma 

En la palma de tu mano

7.1. 21

www.juliadelarua.com


 

jueves, 8 de diciembre de 2022

JAVIER DE LA RÚA . ETERNO HUMANISTA DE LAS ARTES.

 

 

El pasado día 1 de diciembre, falleció mi hermanito Javier De la Rúa.  Gran ser humano de ahí un gran activista de las artes.  Tuvimos la gracia de no separarnos jamás desde su nacimiento. Podría decir que nunca discrepamos y siempre nos dijimos te quiero, almas gemelas, ojos azules y siempre alentándonos a saber de nosotros aun en la lejanía de vidas paralelas que compartíamos sin afectarnos.   Para mi será siempre mi hermano-hijo hasta más allá de los tiempos terrenales, EN LAS QUE SERÉ SU ÁNGEL DE LA GUARDA como él se tatuó en la TIERRA,  y mi ESTRELLA DANZARINA    donde solo existen ellas, eternas infinitas. Enviándome su luz y la belleza de la mirada de sus ojos, creará una obra celestial para ordenar mi caos…la catarsis que continuamente vivimos ambos desde niños, siempre envueltos en LA CREACIÓN.

Los años ochenta fueron el gran milagro de las artes gráficas, de mi empecinamiento por estudiar o trabajar se creó la sociedad De la Rúa Rubio dedicada a las artes gráficas. Nacían las primeras fotocopiadoras y el sistema Ófset y allí un grupo de jóvenes que migramos de la ciudad de Salamanca hasta la ciudad de Valencia, nos pusimos a trabajar con ellas.  Miles de estudiantes de distintas facultades de varias provincias, pudieron obtener apuntes realizados por grupos de estudiantes con grandes capacidades que asistían a las clases más importantes.  Ellos nos entregaban una copia para así hacer posible que llegaran cada semana a sus puntos de venta.

Javier y un grupo de amigos se unieron con una edad inferior a los 20 años, y formamos un equipo INNOVADOR, pero sobretodo de unión entre dos mujeres y ellos.   Jamás he vuelto a revivir años tan humanos y solidarios entre los que trabajábamos juntos. Ojalá lean mis palabras todos aquellos que después han sido grandes profesionales gracias al poder formarse con los mejores profesores y maestros.

Javier opto más tarde por la FOTOGRAFÍA que le llevó a conocer las primeras cámaras de grabación con las que recorrió T.V.  creando infinitos reportajes y eventos, grandes reportajes sociales y de esa mágica forma de ser se unió a mi trabajo como escritora, y artista plástica, aparte de crear un centro de idiomas por el que han pasado hombres y mujeres de todo el mundo para estudiar LA ANTROPOLOGÍA DE LAS LENGUAS.  

Diseñador gráfico y una extraordinaria sensibilidad, hizo posible que yo pudiese difundir mis obras por todo el mundo. Nunca me dejó sola en mis aventuras artísticas y literarias, allí estaba él con sus CÁMARAS   para dejarme un intenso legado, que, en estos días de gran dolor, estoy visionando.  Tal vez cuando comencé mi andadura en solitario como activista cultural y demás, fueron los más sufridos por los dos, ya que la incomprensión social y familiar nos dañó.  Las artes y las letras, las ciencias espirituales y los valores humanistas, se han ido apagando de forma inaudita, arrasando con sus guerras y mísera forma de vivir, un universo BELLO y pletórico de amor creador.

Debemos trasformar y reconstruir la belleza y el amor, su legado será suficiente para muchos y para mí un aliciente a no decaer, hasta que volemos juntos allá donde LAS ESTRELLAS DANZAN.

 


domingo, 27 de noviembre de 2022

Me lancé al precipicio creativo sin más: Julia De la Rúa de Araña Editorial | Entrevista de Juan Carlos Vásquez

 

Me lancé al precipicio creativo sin más: Julia De la Rúa de Araña Editorial | Entrevista de Juan Carlos Vásquez


—¿Cómo está siendo la experiencia de trabajar en el Barrio del Carmen?
—Como una absoluta catarsis. Un encuentro misterioso con el pasado histórico, el presente y el pensamiento futuro, ya que, desde el primer sueño, de encontrar un lugar auténtico para mi visión cultural como parte de Araña editorial, me dejé llevar sin medir las consecuencias de tal atrevimiento. Pandemia, historia ancestral y presente político corrupto mundialmente; la victoria después de la derrota de abandonar obligada La bella Araña, en el Paseo de las Facultades, fue casi mística. Las calles empedradas de siglos atrás, los museos, los monumentos históricos, el ulular de la gente del barrio, y los visitantes de otros países, incluso de España, hicieron presencia en plena pandemia y mostraron su asombro y alegría ante la nueva estética artística-literaria que ofrecimos. La necesidad de encuentro con las artes y la cultura, algunos cautivaron mi alma, ya que se ofrecían abiertos a mi fidelidad a desarrollar mis conocimientos de largos años atesorados de experiencias culturales, Y…. De repente el caos impuesto culturalmente y económico, se ha convertido en lucha transgresora para no caer en la trampa, en el espejismo que muestra más un “parque temático” doblegándose a la política actual de favorecer el turismo salvador de crisis económicas, que multa al tráfico de vehículos, no de bicicletas ni otros, como patinetes… desviado el comercio casi en un 100% hacia el consumismo de masas de cosas banales, ajenas a cualquier deseo cultural, que no sea más que dejarse llevar hacia el fetiche, para olvidar la sencillez de la naturaleza humana, la lectura, la palabra comunicadora, la sensibilidad hacia las artes y a la par el abrazo fraterno… Demoledor… ya que más bien me parece un gueto en construcción. 

—¿Crees que después del menosprecio por parte de las autoridades hay posibilidades? 
¿Cuál es tu apuesta fundamental para el 2022?
… Menosprecio, triste palabra. Cuesta pensar que las autoridades sean tan ignorantes como para no proteger un patrimonio cultural no solo histórico, sino un patrimonio actual que se ofrece desde personas que han dado prácticamente su vida a fomentar la cultura, la propia lengua y el idioma valenciano. El sentido humanista, hacia una ciudad que se revitalizó con proyectos magníficos en los 80, en los que ya nosotros, creamos una editorial para editar a profesores y rectores en la Politécnica y Universidad de Valencia y departamentos de reprografía que ayudaron a los universitarios a crear un movimiento de cómo hacer llegar sus apuntes de los mejores profesores a los alumnos, de muchas facultades no solo de Valencia. Muchos emigramos hacia estas tierras casi adolescentes y que aún seguimos dando nuestro calor y amor por lo que nos salva, la literatura, las artes. Tú mismo migrante, muestras apoyo a mi lucha y con ella el amor incondicional hacia los autóctonos y a los viajeros, en definitiva, a la cultura… y a cambio se nos cierran las puertas a portazos, sin meditar… sin valorar, más fomentando a parte: roles engañosos, ficción…
¿Hay posibilidades? 
Mientras existimos, o seamos creativos innatos… humanos que en verdad viven la vida, la exprimen al máximo y es más la valoran, habrá alternativas, si ese valor se derrumba quien sabe. No puedo menos de pensar que cada día paso por encima de acequias y calles creadas por sociedades que ya mostraban grandes talentos: musulmanes, cristianos, judíos… desde el siglo XI -olvídate- de esta fecha y piensa en ti, en este momento… y así pensaras en miles de apuestas de muchos que amamos la vida, que fuimos salvados de la decadencia social y cultural por atrevernos a escribir, pintar, bailar, leer… soñar y lo más increíble: hacer que los libros sean leídos, no solo editados a miles para engordar egos y economías malsanas. Mi apuesta, confiar en los valores de las artes y luchar por ellas.


—¿Al tomar esto en cuenta, no puedo dejar de preguntar si, en este contexto, el término cultural “cuando se trata de aportes gubernamentales” tiene que tener alguna connotación política?
—Se me escapa lo de “connotación política”. Indudablemente debe tenerla. Conozco a valencianos de bastante edad que se quejan de la destrucción de la cultura que se vivía en Valencia, su Valencia. Especialmente en el barrio de El Carmen. Se quejan de las franquicias… adiós su vida callejera, sus fallas y casales más de barrio… sus tiendecitas de todo, su conocerse… sus casas ancestrales ahora derruidas para hacer apartamentos con fondos buitres para un turismo de paso, ellos deportados a barrios alejados de sus raíces; en verdad ni siquiera la playa que yo conocí es tan humana, tan deliciosa para pasar horas tras hora en los chiringuitos, allí hacíamos el día entre gentes y restaurantes enormemente cercanos. No sé ni qué decir, quizás tengo la suerte de poder haber vivido aquella vida incluso lúdica y sensual. 
Parece ser que es imprescindible dar a conocer como cultura la manipulación comercial y política a través de la economía y sus necesidades internacionales. Deberíamos de conocer el pensamiento genealógico de la historia. Otro uso de la historia y sacar la conclusión sin ocultar bajo una máscara lo que sucede es simplemente una parodia… o va hacia unas libertades políticas ajenas a la propia sociedad que se deja llevar cada vez más dócilmente hasta simplemente supervivir inconscientes.  


—En una entrevista que me concediste hace algún tiempo comentaste el tema de los derechos humanos y los intereses mercantilistas, pero no es cierto también “y esta es una opinión muy personal”, que los grandes movimientos de vanguardia nunca ceden ante esos ecosistemas desangelados y corruptos.
—Tienes razón en que nunca cede la vanguardia, pero también es cierto que las vanguardias mueren o se defenestran o no nacen, yo no me explico cómo podíamos mi generación saltarnos todas las reglas y formar movimientos culturales en las propias universidades para introducir tecnología nueva, movimientos para el estudio de los distintos idiomas mundiales, o fomentar de continuo las artes y las letras… Desde niños adquirimos niveles de conocimientos altos incluso muy superiores a los actuales. ¿Quiénes son las vanguardias actualmente que no sean franquicias, o que partan de la nada, ofrezcan sus propios conocimientos creativos innatos, valores humanistas, desarrollo social y a la vez espiritual o metafísico?

—El editor mantiene un equilibrio entre lo comercial y lo cultural. No obstante, existen editores que tratan la literatura como un mero producto, desde el marketing y la ganancia. Otros, ven su labor como algo netamente artístico. Son estos últimos (como es tu caso) los que enfrentan más dificultades. Después de vivir esta última experiencia poco reconfortante, ¿qué conclusiones se podrían sacar después de “transitar por la cuerda floja”?
—Me has hecho sonreír, supongo que si no nos cortan la cuerda floja (no creo que se permita de nuestra parte fácilmente) seguir hasta que podamos ser los mejores malabaristas… tengo esperanza, lo sé… ¿Sabes? Me consta que la dama literatura volverá a estar en los lugares adecuados y, la rescataremos de las calles o callejas nocturnas… la buena música, el buen cine, la buena educación, los valores humanos… siempre existirá un país llamado Utopía… o personas como tú haciendo preguntas valientes e inteligentes. 


Teatro Montalvo 


—Asumo que entre la proclividad a la paralización y a simplificar lo cultural el promotor y patrocinador "estado" se convirtió en rector, pero hablemos de algo maravilloso que hace tan solo unas semanas acaba de suceder, antes de hacerlo cuéntanos por favor la génesis de tu libro "El perfil de los perros". ¿Cómo se fraguó? ¿Cuál era la percepción inicial y como esta ha variado en el tiempo, si es que lo ha hecho? 
—Mira, la sorpresa que me he llevado yo, empeñada en que El perfil de los perros, ya editado hace 11 años, fuese leído por medio mundo de hermanos artistas y culturas internacionales que ahora se estrena como obra teatral en un teatro rescatado del olvido: El MONTALVO. Querido Juan Carlos, esa, debe de ser la apuesta, ser quienes somos, seamos más primitivos y aullemos cada día más, no solo como perros si no como humanos libres y justos… esas sociedades ancestrales que deberíamos volver a estudiar.
Aún cuando explico lo que sentí viendo el estreno de El perfil de los perros, se me eriza la piel, siento escalofríos… la espalda se hace flexible y se arquea, jamás podría explicar y ser entendida, como después de fallecer ADARES, tardé 10 años en recibir un soplo creativo y escribir un “grito”. Lo que nació fue la idea de un genio poeta, ADARES, que me implicó, no sé si conscientemente, en crear junto a él un poemario… lo que siguió, fue desolación por su fallecimiento, y lo que creo se fraguó, fue ser consciente de que debía de convertirme en perra, animal primitivo y gritar y volver a nacer como tal… hacer una crítica real -aunque fuese dolorosa- de lo que entonces vivía como persona. Simplemente por respeto a él…

—¿Qué es lo que más te costó a la hora de escribir?
—¿Costar? No sé, ¿sentir? Vivía cada palabra como única, descomponer mi mente era locura… sentir en mi cuerpo la rabia, el aullido del lobo… palpar el amor visceral, erótico, sin nombre impuesto, descubrir de forma primitiva el daño que nos hacemos los humanos, ya seamos hombres o mujeres, las miserias políticas, las guerras malditas… aquellos años vivía desdoblada y no censuré nada mientras escribía.
Me lancé al precipicio creativo sin más… la percepción de ser otra persona, la sentí de inmediato. Pude sobrevivir y seguir creando, escribiendo, pintando abiertamente. Nací de nuevo.


Trailer del El perfil de los perros  escrita 
por Julia De la Rúa y estrenada en Julio 2022.


—Madrid, la presentación, ¿cuándo y cómo surge la posibilidad de escenificar El perfil de los perros?
—Surge… Cecilia Anahí y yo lo hablamos… Ella conocía mis obras, a través de Araña editorial. Me pidió hacer una prueba y la hice dócilmente y me dijo de inmediato después de su increíble trato escénico: “Es tuyo el papel”…Y … Dejé que sucediese de forma sencilla, como si estuviese jugando a hacer el teatro que ya imaginaba de niña. Ella dramatizó para su MONTALVO mi historia y yo después me negué a hacer el papel… ¡Me rompería en pedazos! Cecilia Anahí ocupa mi lugar… no hay explicación, supongo que ella tiene la suya yo solo seguí el “camino muy estrecho” que era la explicación al título que me dio mi maestro Adares.
El sábado 9 y el domingo 10 de Julio fue la primera presentación. El ambiente que se genera en el teatro Montalvo es muy especial… incluso los que van a ver la obra parecen protagonistas; el entusiasmo se nota a raudales. Nada protocolario si no integrados en el ambigú como si alguien mágico estuviese explicando lo que iba a suceder. De inmediato ¡sucedió! Una explosión de energía psicodélica parecía manejar todo, los actores, el decorado, incluso el silencio eran lo que yo había vivido escribiendo y después llegaron los aplausos, los silbidos, los bravos, los gritos… hacia mucho que no estaba en un lugar tan vital, esencial, natural
Día 10… lo pasamos en el ambigú con un grupo de música y el Perfil de los perros librito, junto al baterista… y la siguiente función ya estaba poseída por el misterio…. Volvieron las perras, el perro, los aullidos de las lobas… Cecilia Anahí sensual… enorme actriz, el macho, el amo… tirando del cordel atado a los cuellos de las perras… a demostrar que algo se está haciendo mal, utilizando políticas falsas que oscurecen la comunicación natural, entre hombres y mujeres. Utilizar la política de una manera irresponsable, crea aún más violencia….
Pensar en la presentación, es sentir como una fuerza enorme me elevase hasta la Tundra donde habitan los lobos, cierro los ojos y mi piel se eriza… Pierdo el miedo a mostrar algo que siento y reclamo que debemos seguir creando cultura y no destruyéndola.




—¿Qué te llevas de esta experiencia?
—Lágrimas… catarsis, asombro... desdoblamiento corporal, incluso no podía creer como mío, lo que escuchaba, las palabras convertidas en acción… como si una gran llamarada me estuviera salvando de un mundo mediocre, anodino… y me elevase a un Parnaso donde dialogar abierta en canal, y sin despreciarme, sin sentir más que la libertad de existir, eso, la libertad de expresión gracias a los actores, geniales como actuaron, tan naturales, tan primitivos. Tenían tanta fuerza. Jamás había visto en obras de teatro, la desnudez de mostrar la violencia de género… la verdad natural no impuesta, me sentí agradecida de que hubieran sentido lo que yo, viviendo una vida extrema, dañina… y después el público… Créeme que cuando estábamos dando las gracias desde el escenario, me llamó la atención, un niño de tres años, daba saltos y aplaudía feliz, increíble momento. Su padre será un futuro escritor de Araña editorial.
Fue un regalo asistir a algo que nos une al espíritu y nos da calidez al alma y además aprender cómo podemos crear, enseñar a humanos sin prejuicios a través del Teatro… la literatura, la poesía.
Creo que va mucho más allá de lo que podemos imaginar o desear.

—Ciclos se abren, se cierran, se vuelven a abrir. Quizá hay que llegar al límite para reiniciar algo de lo que aún no estamos conscientes. Ahora, y ya para finalizar.
En estos últimos años que has leído, que has descubierto (algún autor) hasta el límite de impactarte. Regálanos unas últimas palabras sobre cualquier tema que te interese… una confesión, un deseo, una recomendación, lo primero que te venga a la mente.
—Es curiosa esta pregunta. Yo sí creo haber llegado al límite y por eso me ha dado por leer libros que tenía guardados para cuando llegase este momento y poder retomarlos…. Son muchos los últimos leídos, quizás vas a sonreír sobre los actuales:
La naturaleza de las cosas, de Lucrecio. Qué es verdaderamente el estructuralismo, de Gianni Puglisi. Qué ha dicho verdaderamente Berkeley, de M. Manlio Rossi. Poesía y prosa literaria, Gérard de Nerval (estoy con él ahora). Los claros del bosque, de María Zambrano.
Hanah Arendt, tengo previsto leerla. Siempre a Friedrich Nietzsche o lo que digan sobre su filosofía…
Algunos más, siempre toco los libros y los miro, con ello me conformo.
No pienses que los leo de un tirón… indago en su página, curioseo y me gusta que me lleven a sus tierras pasadas
Sí que he descubierto en estos últimos años en especial a un autor que me complace leer: Jacques Derrida, y que me ayudo a entenderme, cuando escribí “El perfil de los perros”, a través de uno de su libro “Espolones”. Este libro me lo recomendó Andrés Alonso Martos (filósofo) que tuvo la gentileza de hacer la sinopsis de mi libro, ahora obra teatral. Actualmente estoy leyendo a varios autores para Araña editorial. Dos americanos, uno español, dos venezolanos y varias mujeres. Espero que estos nuevos retos se hagan realidad.
Una confesión… huir de la ciudad, odio los proyectos mediáticos para turistas… la hipocresía política, la ciudad desculturizada aún siendo ejemplo de historia ancestral.
Me cautivó Cercedilla-Madrid. El teatro Montalvo.  
¿Un deseo?  
Sacar la nueva edición ampliada de PUI MIC.  
Me gustaría ser editada de nuevo en Araña editorial, cuentos y poemas escritos en “La habitación roja''. 2019-2022. Enamorarme, renacer en el viento salvaje de la vida, crear una casa para artistas lejos de la ciudad, llenarla de arte y poner mis alfombras de Hamadan (Persia),  visitar algún desierto… jugar con los niños juegos creativos.
No sé Juan Carlos ¿Qué os recomiendo? Cualquiera de mis deseos…. O simplemente la belleza. Buscadla. 





Julia De la Rúa es una escritora, poeta y acuarelista salmantina, que vive desde hace años en Valencia. Considerada una de las artistas plásticas más interesantes de hoy en día. Sus acuarelas, con colores libres y sueltos, son —como ha dicho el profesor de literatura y lengua francesa Rachid El Marjani— una interactividad continua entre lo vivido, su vida y los demás, lo real y lo imaginativo, lo artístico y lo creativo. Como escritora, se caracteriza por la libertad en la expresión de los temas y su trasgresión a la hora de fusionar los géneros literarios clásicos.
A finales de los años 70 comienza en el mundo de la edición y la imprenta. Primero en la Editorial Rubio Esteban, donde, desde su departamento de reprografía, editaba e imprimía textos, libros, manuales y demás publicaciones para la Universidad de Valencia, la Universidad Jaime I de Castellón, la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Valencia.
En 1987 fundó el International Lenguage Center, un centro cultural dedicado a la enseñanza de idiomas, dirección de empresa y didáctica. Desde esa plataforma dedicada a sus alumnos y a las nuevas generaciones, Julia De la Rúa lideró la proyección social del arte en la ciudad de Valencia. Como escritora y artista plástica, ha trabajado —y sigue trabajando— por la difusión de las artes y la literatura, tanto las suyas —sus poemarios, sus acuarelas— como las de los demás. Por eso, en 1999 obtuvo el reconocimiento y la entrega de una mención de honor por su labor cultural y de fomento al arte del grupo «Alba y Camino. Colectivo poético literario musical Internacional» de Madrid.

Julia De la Rúa también ha colaborado con diversas revistas culturales (Alba poesía, Camino literatura, El Jardín, etc.), en blog poéticos y pictóricos o con el grupo de música étnica, de teatro El baúl.
Junto con la labor del creativo Enrique De la Rúa, hasta la actualidad han editado más de 300 títulos de novela, poesía, relatos, diarios, etc.
Araña Editorial es más que una empresa de publicaciones, más que una oportunidad para los jóvenes o incipientes escritores, pues incluye dentro de sus actividades exposiciones de pintura nacionales e internacionales y proyectos solidarios, entre ellos el Tesoro de las semillas, y la canción con música de Santiago Jara…

Libros de Julia de la Rua ▫ FB ▫ Obra literaria y pictórica, reseñas.


Juan Carlos Vásquez dirige y edita Herederos del Kaos | Archivo literario y artístico. E-mail: jcvasquezf@gmail.com 


El perfil de los perros escrita por Julia De la Rúa y estrenada en Julio 2022.
Reparto: Maria Ibarra, Sophia del Mar, Juanjo Esparza, Cecilia Anahi.
Música: Gabriel Estévez. 
Producción: Montalvo Espacio Cultural. Cercedilla www.montalvoespaciocultural.es 
Obra abierta para contratación en el 656.184.290 
montalvoaudiovisual@gmail.com

*Entrevista publicada el 14/09/2022 en la revista madrileña Margen Cero.

📷 © Montalvo espacio cultural - © Julia de la Rúa.

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domingo, 6 de noviembre de 2022

ENTREVISTA- JUNTO A LA DAMA POESÍA TODO ES POSIBLE.

 

Entrevista a la escritora, poeta y acuarelista salmantina Julia de la Rúa, por Juan Carlos Vásquez


«…Mientras los intereses mercantilistas sigan gozando protegidos de las malas artes que anulan la cultura, debemos seguir siendo honestos y no dándole importancia se les hace frente»


Julia De la Rúa es una escritora, poeta y acuarelista salmantina, con una amplia trayectoria artística que compatibiliza con la gestión empresarial cultural. Tan solo unos días después de la reapertura de la sede de la Araña Editorial «esta vez» en el emblemático barrio del Carmen, De la Rúa nos habló de sus inicios, de su obra y de este proyecto internacional ya consolidado en sus más de quince años de existencia. Hoy, Araña Editorial (http://aranyaeditorial.com/) y la librería La Telaraña comparten sede en pleno corazón de Valencia. Un proyecto que abarca todos los ámbitos del arte y que se abre al mundo sin distinciones. Un lugar al que apenas entras traslada a momentos e historias personales, gran potencial evocador que nos sitúan en el epicentro del ser humano. Desde la exaltación del amor, hasta las perturbaciones más íntimas, un lienzo sensitivo como ejemplificación de tantos puntos de vista, así es la Araña.

Foto: Juan Carlos Vásquez

—Me gustaría visualizar el lugar donde creciste, sus entornos, sus colores. ¿Crees que existe relación entre el mundo «onírico» de la niñez y la creación artística?, no lo intelectualices.

—Si no la hay, la creo fundamental. Nací en la Sierra de Béjar (Salamanca) una ciudad de ancestral historia y naturaleza en la que las estaciones se notaban todas y se las vivía de origen. El frío intenso, las nieves, los ríos de agua helada aun en verano… y lo más caótico por la estructura desigual del terreno en las calles y la huerta de mis abuelos en la que viví durante años. Allí descubrí la vida de los animales, los insectos, los árboles y las plantaciones de todo tipo de hortalizas… siempre vagando entre las mazorcas de maíz, los tomates, las zanahorias, los árboles frutales u otras plantas según las estaciones.

Los colores… Los recuerdos grises por la luz y las nieblas desde el otoño-invierno y muchos verdes y marrones por los árboles y los arbustos; los castaños abundaban, y las montañas aún en verano cubiertas de nieve, recuerdo las tormentas inesperadas que para mí eran un espectáculo sobrenatural, me encantaban.

No concibo el arte sin la naturaleza y sin ella la imaginación…  en aquellos años tuve un amigo imaginario que me guiaba por los lugares más agrestes a los que me escapaba sola. Fue mi guía incluso en la adolescencia, me duro durante muchos años, incluso en algún momento tengo nostalgia en mis momentos de rebeldía y la pasión por saber y conocer el universo e incluso los comportamientos humanos más primitivos hacia la sobrevivencia… también recuerdo de continuo escuchar a los mayores hablar de guerras, de hambre, de dolor… de misterio y de miedo… creo que jamás he vivido tan intensamente como de niña.

¡Imposible separar lo «onírico» de la niñez de la creatividad!

—La Araña es una editorial de vanguardia, con muchos autores publicados y la experiencia de más de una década. ¿Cuál ha sido la mayor dificultad y la mayor alegría en el transcurso de este tiempo? ¿Qué consejos darías a los que comienzan en el campo editorial?

—Araña editorial ha cumplido 16 años. La mayor dificultad, la de encajar la estética y valores que creíamos que podíamos ofrecer y que aún hoy cuesta. Más difícil intentar hacer sentir empatía o sensibilidad hacia recuperar la verdadera literatura, que hemos perdido en cuanto a vocabulario, profundidad, valores creativos y honestos.  Con el tiempo he descubierto que lo único que interesa cada vez más, es que se les edite sin pensar en los contenidos valiosos para los lectores, solo en la cantidad de títulos que pueden amasar, para cobrar protagonismo en los círculos, y eso cada vez es más común… lo cual empobrece notablemente todo contenido. El lucro como objetivo, y la vanidad de sentirse escritor ya desde un solo libro.

La mayor alegría… para mí la magia que conlleva crear el libro con estos parámetros y después luchar por su valor hacia los proyectos de lectura, la comunicación con los demás o el propio texto, el saber que el libro deja de ser del autor o autora y navega libre y será leído en libertad.

No sé dar consejos a las editoriales ya que están demasiado mercantilizadas la mayoría… Recuerdo a principios de los 80 que vivíamos otra filosofía, entonces yo trabajaba en la imprenta de nuestra primera editorial sobre textos en la Universidad de Valencia, eso sí que era puro arte, creatividad, compromiso y rescate de autores importantes; se buscaba la estética gozando cada minuto. Ahora se puede ver cómo la mayoría de los libros son todos iguales. Nuestra editorial no puede escapar de los que sentimos y seguimos creando como lo hacíamos en aquellos años, aun imperando nuevas tecnologías… El diseño, seguimos apostando por continuar buscando la fuerza de la belleza como objeto. Un libro es una responsabilidad enorme, ya que puede perdurar en el tiempo y eso cautiva mucho más a cualquier persona que pueda poseerlo.

—Tanto la literatura como el arte en general están condenados a juicios contradictorios. ¿Cómo se forma en Julia, esa cadena de sucesiones que constituyen el acto de la creación?

—Nunca he podido escapar de mí misma como creativa. Además, pienso y siento a la misma vez y a gran velocidad ¿Se llama el acto de tener ideas sobrenaturales? Son tan veloces que hablo y siento varias a la vez. Pintar o escribir es lo mismo… todo automático y de gran energía en movimiento. La contradicción es que existe la duda. Los principios de mis pinturas eran como las vivía interiormente. Pintaba mis montañas y a la vez cocinaba o hacía cualquier cosa en el hogar, después, me podía pasar horas observando «aquello» que había llenado el papel sin buscarlo.

Pasó un tiempo y quise saber qué sucedía si pintaba girando alrededor de un círculo, un punto… y ahí ya terminé buscando sentir a través del color formas y lugares inaccesibles para la mente. Sucede que cualquier suceso que me haga poner triste, me despierta y necesito pintar, y lo quiero hacer tan rápido que no soy capaz de hacer ninguna preparación… lo mismo con la poesía o componer algo de música. Expresionismo.

La literatura o el simple hecho de contar historias, desde niña tenía una gran capacidad de invención; mi primer libro escenificado en el Círculo de Bellas artes fue Historia de un vasito, uno de los cuentos que me inventaba para contarles a mis hijos de muy pequeños.


—Uno de los temas que me interesa investigar es tu idea de reivindicación, de ruptura: «De la esclava a la loba, ha matado a Dios como carga y se ha erigido en Diosa», versan las líneas introductorias de tu libro El perfil de los perros. Romantizar la escena y sin embargo volver a lo primitivo para establecer la venganza, una dualidad contrapuesta y al tiempo complementaria.

—En realidad, creo que desde niña tenía una libertad de ser yo, natural y muy vitalista, aunque por entonces no era consciente. Recuerdo ahora, que tú mismo lo comentas, que me decía para mí misma: «Cuando tenga 18 años, haré lo que me dé la gana». Aún me sucede, que me siento más sincera o mejor primitiva desde el mismo instante que siento o soy sin prejuicios de ningún tipo, por cierto, era muy melancólica, hasta la madurez.

No recuerdo que mis padres tuvieran que decirme qué hacer o decir… se acostumbraron a mi forma, e incluso yo mandaba o exigía que me tratasen bien, o el resto de hermanos o amigos. Creo que eso terminó dañándome, ya que utilizaban mi fortaleza sin importarles realmente qué necesitaba.  Sigo siendo muy vulnerable, muy natural, y es verdad que no necesito vengarme, pero curiosamente pasado el tiempo la vida me hace ver cierta venganza con aquellos que me hicieron daño, incluso intelectualmente.

Yo creo que es absolutamente complementario todo acto primitivo, incluso con la duda, el miedo, el respeto y el compromiso de cómo sentirnos desde un plano espiritual, nada mental ¿Dios somos nosotros? ¿Podemos convertirnos en Él? «De la esclava a la loba, ha matado a Dios como carga y se ha erigido en Diosa». Esta frase me sigue intrigando mucho.

¡Lo siento, no me siento esclava, creo que tal vez sumisa o complaciente y definitivamente loba!


—Tienes una fascinación por la belleza y las cualidades del color. Mi asociación, insuficiente, no nos bastará para comprender el efecto de la luz sobre tu psique. ¿Qué ves en esos mundos oníricos y extrasensoriales que pintas?

—Pinto lo que la vida me provoca «creo que despedazada». Ciudades heladas, encarceladas. Humanos, guerras, políticas mal aplicadas, sensualidad, erotismo de vivir… energía girando en el cosmos. A muchos pintores les resulta incomprensible cómo puedo hacer trazos enormes sin haber dibujado antes. El movimiento no pensado, y la velocidad de mi brazo, va creando lo que siento. No pienso siquiera en el tono a utilizar, dejando que el pincel se pose en cualquier color. No me interesa hacer una obra para que la vean los demás, si no, que necesito conocer el más allá de la técnica preconcebida de cómo pintar acuarela, por ejemplo. Creo que es una especie escapatoria de las reglas establecidas. Esas reglas hacen que jamás se encuentre un estilo propio. El mío es mi salvaje forma de sentir.

La belleza para mí es la intensidad que vibra en toda estética. Nada es feo-solo insólito, o realmente espectacular y sublime como un atardecer en la cima de una montaña. La belleza es imprescindible para alcanzar la mejor forma de sentir la vida y ¡vivir! También en poesía la siento. La luz como ente, es algo que descompone y arrasa cualquier pensamiento prejuicioso y pueden ser pocos minutos los necesarios para hacer una obra que de pensar se multiplicaría por días. Para mí es fácil «utilizar mi espíritu» lo difícil es dejarme llevar por la parte racional.

—Tus libros El perfil de los perros, Pui-Mic, Dragoste y los finales y los sueños, (Yrha y Luna, caminos cruzados), etcétera. El amor, el enfrentamiento entre el bien y el mal, la filosofía, la mitología griega como un hilo conductor para establecer reivindicaciones de género. Dicen que todos los escritores escriben siempre el mismo libro. Cambian en circunstancia y tiempo, pero siempre en la misma búsqueda. Y a fuerza de nuevas respuestas para las mismas preguntas, de escribirte, de decirte una y otra vez, ¿es tu caso?

—Yo creo que en mí hay una necesidad imperiosa de conocer todas las sensaciones posibles y vitales para tener sentido, vivir. ¿Se siente o se necesita experimentar la propia existencia? Yo necesito experimentar.

Cuando era niña, preguntaba continuamente, ya que todo era misterio, enigma, fuerza y nadie me decía porqué.

¿Tú sabes cómo soy?, preguntaba incluso a desconocidos.  Parece ser que me sentía frustrada y buscaba saber, conocer. Tenía crisis muy duras de abandono familiar, así que siempre busqué y experimenté todo aquello que no conocía, en soledad.

¿Siempre la misma búsqueda? Posiblemente, hasta que me puse a escribir contándome mis propios pensamientos como en Dragoste después Los finales y los sueños, impactó en mí el final de siglo que se confundía con el final del mundo o la caída de lo que hasta entonces se había creado como ciencia o políticamente, y me parecía ridículo, solo veía que íbamos cada vez más enfilados a lo banal.

La guerra de los Balcanes, el comunismo y de ahí, Pui-mic… fue escrita como respuesta a una de aquellas preguntas existenciales que había tenido siempre sobre la libertad y el amor. Qué contarte de ese diario. Jamás pensé que podía contestarme la vida de aquella manera, que me sirvió para experimentar y conocer a través de mi misma cómo la libertad es relativa y quizás sea una invención quimérica, que no existiese en realidad…

Cómo pude hacer en Yrha y Luna Caminos cruzados que Dios y Mefistófeles compitiesen para hacerme ver lo que yo quería saber sobre el amor trascendental de siglos atrás hasta nuestros días, y por primera vez sentir la presencia diabólica sin sentirme mal. Todo lo ancestral vino hacia mí de repente, a darme a conocer otra belleza, otra necesidad de pasar por el mal para encontrar el bien. Quizás fue mi vida oculta que no me importó escribir y dejar que los demás leyeran. Claro que busqué a mis amigos ancestrales a través del amor. Y surgieron amantes ancestrales, hasta llegar a los actuales mundos, de amantes extranjeros con gran sentido de la estética de los tiempos y las vidas siempre duras que habían vivido, al igual que yo los que me ayudaron a saber mucho más de mí.

Creo que la energía que somos prevalece…

—¿Alguna vez te has autocensurado?

—¡Me cuesta mucho hacerlo! No puedo. No lo hago en la escritura y la poesía, tampoco en la pintura. Comunicándome con los demás oralmente menos aún, aunque a veces interiormente me esté escuchando sabiendo que no me entienden o «meto la pata». Es quizás lo peor del ser humano autocensurarse. Es una tragedia increíble porque no se evoluciona y se muere sin saber qué es la vida a través de uno mismo.

—¿Cómo hacerles frente a esos pequeños grupos de «literatos» que normalmente se forman en las ciudades y se apropian del mensaje y de los espacios, esos que se resisten ante el cambio y las apuestas, los llamados expertos?

—Pues, en el fondo me entristecen, ya que realmente están llenos de prejuicios, son incapaces de sentir la creación, el poder de la imaginación. En realidad, ahora he descubierto que en el fondo no son capaces de sentir el vértigo apasionante de estos valores en el interior de sí mismos y frivolizan. Está siendo muy dañino este proceder, cercenando sin piedad una ideología muy positiva para las sociedades del futuro, ya que son capaces de hundir ideales y valores. Creo sin duda que están aniquilando sin piedad los derechos humanos.

¿Cómo hacerles frente?

Mientras los intereses mercantilistas sigan gozando protegidos de las malas artes que anulan la cultura, debemos seguir siendo honestos y no dándole importancia se les hace frente. Una dura labor, pero más gratificante que la de ellos.

—«Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia» —decía Simone de Beauvoir—. ¿En estos tiempos de conflictividad y caos, pero también de reivindicaciones que —en algunos casos— se utilizan para arrastrar a la ideologización del rebaño, sigues conservando la autonomía?

—Lo mismo digo una barbaridad, pero no creo en la reivindicación, al menos exigirles a los demás a través de la política. Sí, creo que ser uno mismo es algo mucho más positivo; deconstruirse y reconstruirse, ser, sobre lo aprendido y mejorarlo de continuo, y no caer en prejuicios y falsas vanidades. Pienso esto cuesta el doble trabajo, y tal vez por eso la moda de reivindicar algo que ya ha existido a lo largo de los siglos esté siendo utilizada para manejar los rebaños

Creo que sí sigo conservando la autonomía. Cada vez más porque ya no me importa estar sola en mi vida cotidiana o mis proyectos. A veces pienso que conozco a muchas personas, pero pocos se preocupan de mis sensaciones o de cómo soy. La sociedad es exactamente igual en un porcentaje muy alto. Nada parece genuino y las personas menos… me resultan muy aburridos los grupos, siempre he sido ajena a ellos. Me ha encantado vivir tantos años gestionando un centro de idiomas, cientos de personas del mundo, venían, me dejaban una huella y se marchaban. Energía humana en movimiento y uno a uno… últimamente eso dejó de existir… ahora si se reivindica algo tiene que ser en grupo, pocos se atreven a reivindicarse a sí mismos, su criterio, su voluntad… hoy creo que los humanos rebaños son mucho más numerosos. Indudablemente a mí misma me exijo culturizarme y hacer que las sociedades entiendan que toda reivindicación pasa por hacer sociedades más cultas y creativas, ¿cómo hemos llegado a la mediocridad extrema generalizada?, solo a través de la verdadera necesidad de ser comprometidos sin modernismos fraudulentos.


—Recientemente han mudado la sede de la Araña Editorial al barrio del Carmen. Si hay un distrito que concentra todo lo que Valencia representa, ese es el barrio del Carmen.  ¿Cómo lo has interiorizado?

—¡Sintiendo de verdad el hogar de las artes, mi hogar!

Todos los credos, nacionalidades y las historias de siglos.

Experiencia para la experiencia y creo que aquí se puede vislumbrar la libertad de expresión. ¡Qué mejor me podía suceder a mis años!

—En una entrevista que diste en 2015 a la escritora mexicana, Carolina Chávez Rodríguez, decías: «Está claro que siempre he sentido la necesidad de justicia, verdad, por eso siempre he tratado de orientar mis proyectos a la necesidad de entrega y beneficios humanistas».

He conocido a dos Julias, una espiritual y valedora de los más grandes conceptos de compromiso con la justicia y la equidad… Y a otra transgresora, una outsider en la acción y en las letras. ¿Cómo es la interacción de estas «dos partes» que confluyen entre sí?

—A veces salvaje, captando la intensidad de la naturaleza y sus valores desde una profunda sensibilidad. Es algo sobrenatural y espiritual, otras la impotencia más terrible porque no se concibe cómo se ha llegado a unas sociedades basadas en el poder corrupto, la ambición política, corrupción incluso social, las guerras. Por otro lado, creo que me ha ayudado mucho ser empresaria en el centro de idiomas… y la editorial. Confluir con humanos de tantas nacionalidades ha sido vital. Para mí es fácil, simplemente es dejarse llevar como péndulo del tiempo y el espacio.

—¿Cuál de tus libros es el preferido? ¿No por su profundidad en el tema sino por tu relación con él?

—Todos han abierto puertas hacia lugares que necesitaba conocer, experimentar y habitar, tanto intelectualmente como personal. Ellos, han sido aventuras programadas por la misma vida. A todos les estoy muy agradecida.

—Al recordar Salamanca, más allá de tu infancia, ¿qué te viene a la mente?

—Un choque frontal muy duro en la adolescencia. Recuerdo cientos de rejas… las iglesias, las catedrales, los conventos de clausura, edificaciones militares, la universidad… pensaba de continuo qué habría detrás de la oscuridad de aquellas rejas. No me gustó… no concebía que el agua saliese de una fuente que encontré en una calle. ¿Por qué? ¿Para qué? Mi espíritu se hizo melancólico, no era capaz de confrontar la naturaleza con aquellas calles llenas de siglos construidas por inmensas piedras rosadas, solo después de unos años pude conocer la cultura, la lectura, los grandes poetas y los libros incluso prohibidos que nos traían clandestinamente de las librerías… el amor y los primeros besos y encuentros juveniles en la bellísima Plaza Mayor… casarme… Nada que ver con la magia de mis montañas, pero a la vez conocer un mensaje de siglos que dejaron los sabios se complementaron.

¡La Salamanca del saber!

—¿A qué lugar te gustaría ir que de momento no hayas ido?

—A uno en el que nada que existiese lo hubiera visto conocido antes. Que todo fuese nuevo y único… Puro… Supongo que solo existirá en el más allá.

—Ante una sociedad que vuelve al prejuicio, se aísla, que antes del confinamiento ya se autoconfinaba para estructurar con métodos de cálculo formas artísticas, adoptando de forma consciente o inconsciente «sistemas Inteligentes» que se hacen cargo de sus procesos mentales, o la tan recurrente lectura, reemplazada por combinatorias de imágenes, ¿cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio, orientación o sentido?

—Habitar las artes, la música, la cultura general, la historia, suprimir el ego, practicar el amor, la bondad, ser felices… buscar el absoluto de la belleza… ¿Más? Volver a los rituales ancestrales…

¡Sonreír! Y cuidar más a los niños, futuras generaciones… Dejar que los humanos puedan ser longevos y mueran de muerte natural. Necesitamos de estos extremos humanos. Pureza y sabiduría.

—¿A qué genio elegirías para que te incluyera en alguna de sus obras como personaje o de algún otro modo?

—Alejandro Magno… Sí, ojalá hubiera viajado con él.

—¿Qué deduces de las distintas idiosincrasias de países que representan a los creativos al evidenciar sus experiencias, relatos y testimonios, después de tantos proyectos elaborados? También te quería preguntar sobre México. Viendo tu trabajo, leyendo entrevistas, es evidente que México ha sido importante para ti.

—Que es un regalo majestuoso de la vida. Compartir experiencias de tal calibre es una bendición del cielo. Nada comparable. ¿México?  Creo haber nacido en él, en otra vida. Lo cuento en Yrha y luna, caminos cruzados. ¡Sin palabras!

—¿Estás trabajando en algún libro?

—Sí, una novela, pero la editaré con seudónimo masculino. Jajaja. Es una novela negra. ¿Será otra venganza hacia mí misma?

—El pensamiento intelectual, lleno de cortes epistemológicos se impone sobre los modelos de acceso argumental, ¿crees que este fenómeno es compatible con los tiempos actuales, con esa fragmentación de la que hablábamos?

—Es curioso que últimamente para definirme cuando se habla de mí, como intelectual y yo creo que no lo soy. Yo creo que, debido a la suerte de conocer a tantas personas, religiones, profesiones o caracteres culturales de todo el mundo, da para pensar que he estudiado historia, filosofía, ciencia… y no, en realidad he vivido experiencias notables muy profundas. En muchos momentos en conversaciones o intentando vender un libro siento que no me comprenden, antes me sentía frustrada, ahora procuro moderarme, no autocensurarme, ojalá pudiese encontrar círculos creativos en los que discutir sin pelear, hablar profundamente e indagar escuchando a gente sabia.

¡Me encanta la filosofía, cuando el editor de mis primeros libros, me decía que era la poeta de la duda, quise saber por qué me lo decía, y busqué en los libros y encontré a Ludwig Wittgenstein ¡y me fascinó! Y entonces escribí El Bosque de la Duda. Quizás no sea un gran libro, pero para mí fue un descubrimiento poder recibir el mensaje de un hombre que desarrollaba la búsqueda de la certeza. La ciencia igualmente me gusta, la física o la metafísica… las matemáticas nunca las entendí… ahora me fascinan y estoy recibiendo más información cósmica o intuitiva a través de los números.

¡No sé si es compatible esta forma de ser con lo que expreso, y tu pregunta, todo es tan caótico! ¡Recompongamos el caos!

—Muchos expertos consideran al Caos la única entidad existente originalmente, y que las deidades posteriores necesariamente debieron surgir de él. ¿Cómo reordenar ese elemento tan profundo y misterioso?

—¡Ves, esta pregunta contesta a la anterior! Exactamente pienso desde siempre que lo que expresan los expertos sobre el CAOS es la realidad.

Reordenar el caos es muy sencillo. ¡Paciencia y ser uno mismo!

Aunque surjan miles de catarsis.

—¿Qué viaje, qué momento, qué lugar recuerdas con mayor nostalgia o cariño?

—Muchos. Atardeceres en soledad o acompañada, incluso de mi perrita Coco… En una vida hay muchos momentos mágicos que recuerdo. Los viajes mentales también. En mi juventud los viajes por Europa del Este… ¿Nostalgia?

Tengo pensado repetirlos para no sentirla.

¿Con cariño? Mi niñez.

—Descríbenos tu mundo imaginario.

—Uissss ¡secreto! Siempre «la imaginación en el poder».



Julia De la Rúa es una escritora, poeta y acuarelista salmantina, que vive desde hace años en Valencia. Considerada una de las artistas plásticas más interesantes de hoy en día. Sus acuarelas, con colores libres y sueltos, son —como ha dicho el profesor de literatura y lengua francesa Rachid El Marjani— una interactividad continua entre lo vivido, su vida y los demás, lo real y lo imaginativo, lo artístico y lo creativo. Como escritora, se caracteriza por la libertad en la expresión de los temas y su trasgresión a la hora de fusionar los géneros literarios clásicos.

A finales de los años 70 comienza en el mundo de la edición y la imprenta. Primero en la Editorial Rubio Esteban, donde, desde su departamento de reprografía, editaba e imprimía textos, libros, manuales y demás publicaciones para la Universidad de Valencia, la Universidad Jaime I de Castellón, la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Valencia.

En 1987 fundó el International Lenguage Center, un centro cultural dedicado a la enseñanza de idiomas, dirección de empresa y didáctica. Desde esa plataforma dedicada a sus alumnos y a las nuevas generaciones, Julia De la Rúa lideró la proyección social del arte en la ciudad de Valencia. Como escritora y artista plástica, ha trabajado —y sigue trabajando— por la difusión de las artes y la literatura, tanto las suyas —sus poemarios, sus acuarelas— como las de los demás. Por eso, en 1999 obtuvo el reconocimiento y la entrega de una mención de honor por su labor cultural y de fomento al arte del grupo «Alba y Camino. Colectivo poético literario musical Internacional» de Madrid.

Julia De la Rúa también ha colaborado con diversas revistas culturales (Alba poesía, Camino literatura, El Jardín, etc.), en blog poéticos y pictóricos o con el grupo de música étnica, de teatro El baúl.

Junto con la labor del creativo Enrique De la Rúa, hasta la actualidad han editado más de 300 títulos de novela, poesía, relatos, diarios, etc.

Araña Editorial es más que una empresa de publicaciones, más que una oportunidad para los jóvenes o incipientes escritores, pues incluye dentro de sus actividades exposiciones de pintura nacionales e internacionales y proyectos solidarios, entre ellos el Tesoro de las semillas, y la canción con música de Santiago Jara…

Libros de Julia de la Rua ▫ FB ▫ Araña Editorial 
pedidos@aranyaeditorial.com ▫ Obra literaria y pictórica, reseñas.

 


Juan Carlos Vásquez, Valencia, Venezuela. Ha participado en volúmenes colectivos y antologías en México, Chile, Perú, Estados Unidos, y España. Formó parte del grupo cultural Spanic Attack (Nueva York, 2004); The Hall (Miami, 2001) y del proyecto literario y artístico Mirages from an Unreal World by Laura Orvieto, Author house (New Jersey, 2010). Es autor del libro de relatos Pedazos de familia (Ediciones Estival, 2000). Actualmente trabaja paralelamente en dos libros de narrativa:  Invulnerables y Ward's island. Obtuvo distinciones en los Concursos de poesía pro lingüístico y multimedia Premio Nosside (Calabria, Italia), ediciones 2005 y 2006. Finalista del concurso de microrrelato «Guka» Buenos Aires, 2018. Vásquez se trasladó a la Florida en 1999. Desde entonces ha vivido en Tampa, San Francisco, Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos y España. e-mail: jcvasquezf@gmail.com

Entrevista publicada al igual en la revista madrileña Almiar-Margen Cero.

Foto de portada, Julia de la Rúa, monumento a Adares, escritor de Salamanca.