TÚ
Un instante que me ofrece el recuerdo y mi espalda se hace añicos y los dientes se convierten en agua de tanto apretarse unos a otros y de tanto acumular el flujo que llaman saliva.
Pero yo llamo impotencia a este estado al que tus palabras me han
llevado y cierro mis ojos para encontrarte en algún lugar del cosmos.
No te quiero etéreo
te quiero de carne
de hueso
de piel
de impúdicos sabores
de perfumes sudorosos
o con olor a alcohol
Tus palabras son una encerrona...
Son un anzuelo enhebrado en hilo invisible
que has lanzado a mi mar
Debería odiarte por llegar cuando sé que no
puedo
tenerte; cuando ya había olvidado los placeres
lujuriosos de la carne o los atrevidos abrazos
inocentes
Debería
enterrar tus palabras escritas en el fondo de
un
barranco, de ésos que habita un gran río lleno de
rápidos y
simas de donde esas palabras no pudiesen
escapar
Pero no lo
hago, ya que son ese nexo que me
ata al
mundo
a la
existencia, aunque sea anodina
Me sirven
para reinventarme cada día
para que
ellas me lleven a la belleza de los
atardeceres
que me invento a tu lado
a los
eclipses de luna
a las
tormentas de rayos violáceos
a los
perfumes místicos
ya que no
tengo los tuyos de hombre
Tus palabras me valen ahora
¡pero quién sabe si algún día también inventarán una
forma de suicidio por no tenerte!
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